En un mundo cada vez más interconectado y digitalizado, la inteligencia artificial (IA) se ha consolidado como una herramienta transformadora en casi todos los ámbitos, desde la atención al cliente hasta la investigación científica. Su capacidad para procesar vastas cantidades de datos y generar contenido de manera eficiente es innegable. Sin embargo, esta misma eficiencia, si no se maneja con precaución, puede acarrear una serie de desafíos, especialmente en lo que respecta al desarrollo de nuestras propias capacidades cognitivas. La pregunta clave no es si debemos usar la IA, sino cómo aprovecharla para potenciar nuestras habilidades, en lugar de atrofiar nuestro pensamiento crítico.
Para desarrollar un pensamiento crítico sólido en la era de la IA, primero debemos aprender a no depender de ella. En mi escuela, antes de que se nos permitiera usar una calculadora, era fundamental dominar el cálculo mental. Esta base era crucial para comprender los principios matemáticos subyacentes, desarrollar la agilidad mental y la capacidad de resolver problemas de forma independiente. Solo después de adquirir esa habilidad fundamental, la calculadora se convertía en una herramienta de apoyo, no en un reemplazo de la cognición. De manera similar, la IA debe ser nuestra calculadora avanzada, no nuestro cerebro artificial.
Los riesgos de la sobre-dependencia en la IA
La sobre-confianza en los sistemas de diálogo de IA, especialmente aquellos con capacidades generativas, puede tener un impacto negativo significativo en nuestras habilidades cognitivas. Un estudio reciente destaca cómo esta dependencia excesiva puede disminuir la capacidad de toma de decisiones, el pensamiento crítico y el razonamiento analítico en los estudiantes (Zhai et al., 2024). Problemas éticos como las «alucinaciones» de la IA (generación de información falsa), el sesgo algorítmico, el plagio y la falta de transparencia contribuyen a esta dependencia, reduciendo la capacidad de los usuarios para evaluar la información de forma independiente. Si aceptamos ciegamente lo que la IA nos presenta, sin un escrutinio adecuado, corremos el riesgo de internalizar errores y sesgos, debilitando nuestra propia capacidad de discernimiento.
Esta erosión de las habilidades cognitivas no es un fenómeno nuevo, sino que se ha acelerado con la expansión tecnológica. La dependencia excesiva de la tecnología en general, incluida la IA, reduce las oportunidades para el compromiso cognitivo independiente (George et al., 2024). Esto se manifiesta en un aprendizaje más superficial y una disminución de la creatividad. Las habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas se ven afectadas cuando las personas optan por soluciones automatizadas en lugar de participar en procesos analíticos complejos. Para contrarrestar esta tendencia, es crucial fomentar un uso consciente de la tecnología y estrategias educativas que prioricen el aprendizaje activo.
Cómo cultivar el pensamiento crítico

La clave para desarrollar nuestro pensamiento crítico reside en un enfoque equilibrado y estratégico. La IA, cuando se utiliza correctamente, puede actuar como un socio cognitivo para mejorar y personalizar el aprendizaje y proporcionar retroalimentación inmediata. Sin embargo, también conlleva el riesgo de la denominada «pereza metacognitiva», al reducir el aprendizaje autorregulado, es decir, la capacidad de establecer metas y desarrollar estrategias propias y de autoevaluar el proceso (Goyal, 2025).
La UNESCO, en su guía para los responsables de la formulación de políticas educativas, enfatiza que la IA puede personalizar el aprendizaje y mejorar la accesibilidad, pero siempre debe priorizar la equidad y la inclusión (UNESCO, 2021). Es fundamental que las políticas aborden la privacidad de los datos, la transparencia algorítmica y la formación docente. Se debe poner énfasis en una IA centrada en el ser humano que complemente, en lugar de reemplazar, las prácticas pedagógicas y el pensamiento independiente.
Para fomentar el pensamiento crítico, necesitamos diseñar actividades que nos desafíen a cuestionar y refinar las respuestas generadas por la IA. Por ejemplo, en lugar de simplemente copiar y pegar un texto generado por una IA, deberíamos usarlo como punto de partida para el análisis, la corrección y la mejora, lo cual quiere decir que son necesarios los siguientes procesos:
- Verificación activa: No dar por sentado que la información generada por la IA es precisa. Siempre verificar los datos con fuentes fiables y cruzarlas con nuestro propio conocimiento.
- Análisis crítico: Evaluar la lógica y la coherencia de las respuestas de la IA. ¿Hay sesgos? ¿Se omiten puntos importantes?
- Reformulación y contextualización: Aunque la IA nos dé ciertas ideas, es importante reformularlas y refinarlas con nuestras propias palabras, de forma que añadamos profundidad y matices basados en nuestro entendimiento y perspectiva.
- Resolución de problemas con andamiaje: Las herramientas de IA generativa pueden ser un andamiaje valioso para tareas complejas, ayudándonos a estructurar ideas o a iniciar un proceso de pensamiento (Fan et al., 2025). Sin embargo, la resolución final y la validación deben recaer en nosotros.
El desarrollo del pensamiento crítico en la era de la IA no es un lujo, sino una necesidad. Es la habilidad que nos permitirá navegar por un océano de información, discernir la verdad de la desinformación y tomar decisiones informadas en un mundo en constante evolución. Como profesionales, la capacidad de evaluar críticamente la información y las soluciones propuestas por la IA nos diferenciará, nos permitirá innovar de manera responsable y asegurar que la tecnología sea una herramienta al servicio de la inteligencia humana, y no al revés.
Referencias
Fan, L., Kim, J., Detrick, R., & Li, N. (2025). Developing students’ higher-order thinking skills with generative AI: Insights and strategies from a case study. ResearchGate. https://www.researchgate.net/profile/Jinhee-Kim-30/publication/389848323_Developing_Students’_Higher-Order_Thinking_Skills_With_Generative_AI_Insights_and_Strategies_From_a_Case_Study/links/67d87f9f7c5b5569dcc0360d/Developing-Students-Higher-Order-Thinking-Skills-With-Generative-AI-Insights-and-Strategies-From-a-Case-Study.pdf
George, A. S., Baskar, T., & Skrikaanth, P. B. (2024). The erosion of cognitive skills in the technological age: How reliance on technology impacts critical thinking, problem-solving, and creativity. Partners Universal Innovative Research Publication (PUIRP). https://puirp.com/index.php/research/article/download/63/55
Goyal, A. (2025). AI as a cognitive partner: A systematic review of the influence of AI on metacognition and self-reflection in critical thinking. International Journal of Innovative Science and Research Technology (IJISRT). https://eprint.ijisrt.org/id/eprint/159/1/IJISRT25MAR1427.pdf
UNESCO. (2021). AI and education: Guidance for policy makers. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000376709/PDF/376709eng.pdf.multiZhai, C., Wibowo, S., & Li, L. D. (2024). The effects of over-reliance on AI dialogue systems on students’ cognitive abilities: A systematic review. Springer. https://link.springer.com/content/pdf/10.1186/s40561-024-00316-7.pdf