Inteligencia Artificial y Realidad Virtual: ¿En qué se diferencian y cómo pueden colaborar en el ámbito medicinal?

El avance tecnológico ha dado lugar a dos conceptos fundamentales en la actualidad: la Inteligencia Artificial (IA) y la Realidad Virtual (RV). Ambas tecnologías, aunque distintas en su naturaleza, comparten el hecho de estar revolucionando diversas áreas del conocimiento humano, desde la educación y el arte hasta la ciencia y, especialmente, la medicina. En este contexto, la medicina se presenta como uno de los campos más prometedores para el desarrollo de estas herramientas tecnológicas. Para entender cómo la IA y la RV están siendo implementadas en el sector de la salud, y cómo pueden colaborar entre sí, es necesario primero definirlas y destacar sus principales aportes en el ámbito médico. 

Inteligencia Artificial en la Medicina

La Inteligencia Artificial es una rama de la informática que emplea tecnologías computacionales para imitar procesos humanos como el razonamiento, el aprendizaje y la resolución de problemas. Se trata de herramientas diseñadas para automatizar tareas, optimizar procesos y ofrecer soluciones a problemas complejos. En el ámbito medicinal, la IA ha irrumpido con gran fuerza, ofreciendo aplicaciones prácticas en cuanto a la atención hacia el paciente, los diagnósticos y el tratamiento de enfermedades de muchos tipos.

Una de las aplicaciones más destacadas de la IA en la medicina es en diagnósticos médicos. Gracias a algoritmos avanzados, la IA puede analizar grandes cantidades de datos de pacientes (como historiales médicos, resultados de pruebas y análisis genéticos) para identificar enfermedades en sus etapas iniciales o predecir la probabilidad de aparición de ciertas condiciones. Esto es particularmente valioso en enfermedades como el cáncer, donde la detección temprana es decisiva. En el ámbito de la Cardiología, por ejemplo, la IA puede prever el riesgo de enfermedades cardiovasculares (como la trombosis) con mayor precisión que los métodos tradicionales. Otro ejemplo de su aplicación es la Neurología, en donde los dispositivos inteligentes de monitoreo, como los que detectan convulsiones, permiten alertar a médicos y familiares sobre el estado del paciente en tiempo real. En la Endocrinología, los pacientes diabéticos pueden beneficiarse de monitoreos de glucosa en tiempo real, así como de predicciones sobre cómo cambiarán los niveles de glucosa en sangre. Estos son solo algunos ejemplos de la participación de la IA dentro de las especialidades clínicas, pero las aplicaciones de la IA abarcan prácticamente todas las áreas de la medicina, desde la prevención hasta el tratamiento. 

Otra área es por supuesto, la cirugía con robots. El primer robot quirúrgico, PUMA-560, se utilizó en 1985 para realizar biopsias cerebrales mediante punción. Hoy en día, existen robots increíblemente avanzados como el Sistema Quirúrgico Da Vinci, que permite a los cirujanos realizar intervenciones más precisas y mínimamente invasivas. Esto no solo aumenta la seguridad en las operaciones, sino que también favorece una recuperación más rápida y menos traumática para el paciente. 

Realidad Virtual en la Medicina

La Realidad Virtual se refiere a una serie de tecnologías que permiten crear entornos digitales tridimensionales mediante dispositivos como gafas o cascos, los cuales sustituyen la percepción del mundo físico por una virtual. A diferencia de la Realidad Aumentada, que integra elementos digitales en el entorno físico, la RV crea una experiencia completamente inmersiva. En la medicina, la RV ha mostrado un potencial impresionante en varias aplicaciones, desde la visualización de datos hasta la formación médica.

En psiquiatría, la RV se ha utilizado con éxito como herramienta terapéutica. Un ejemplo claro es el tratamiento de fobias, donde la exposición gradual a estímulos a través de la RV ayuda a los pacientes a superar sus miedos dentro de un entorno controlado y seguro. La RV también ha demostrado ser una herramienta efectiva en el tratamiento de la depresión, ayudando a los pacientes a alcanzar un estado de relajación y reduciendo significativamente los síntomas, lo que ofrece una alternativa a los métodos convencionales. En el campo de la investigación científica, la Realidad Virtual permite a los científicos explorar la biología molecular de enfermedades a nivel atómico, mejorando la comprensión de su funcionamiento y facilitando el diseño de medicamentos.

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La colaboración entre Inteligencia Artificial y Realidad Virtual

La colaboración entre IA y RV tiene un gran potencial para transformar la medicina. Tan sólo en el campo de la cirugía, la RV permite crear entornos simulados en los que los cirujanos pueden practicar procedimientos complejos sin temor a cometer errores, lo que mejora la destreza y la seguridad. Mientras el cirujano realiza la intervención simulada, la IA puede proporcionar datos en tiempo real sobre el estado del paciente, permitiendo un monitoreo constante y optimizando el proceso. En cuanto a la visualización de datos médicos, la combinación de ambas tecnologías permite a los médicos analizar imágenes como rayos X y ecografías de manera tridimensional, facilitando el diagnóstico y la comprensión de los datos. 

Además, la rehabilitación de pacientes es otra área donde la IA y RV pueden colaborar. Los sistemas de IA pueden recolectar y analizar datos del paciente, monitoreando su progreso de manera constante, mientras que la RV crea entornos interactivos para la rehabilitación virtual. Estos entornos pueden motivar a los pacientes a participar activamente en su proceso de recuperación, integrando ejercicios que combinan imágenes, sonidos y efectos visuales, tanto para terapia presencial como a distancia.

Conclusión

En conclusión, tanto la Inteligencia Artificial como la Realidad Virtual están ampliando de gran manera los límites de la medicina. Aunque cada una posee características y aplicaciones distintas, su colaboración abre nuevas posibilidades para mejorar la calidad de la atención médica, la formación de profesionales y el tratamiento de diversas enfermedades. A medida que ambas tecnologías siguen evolucionando, es probable que su integración transforme aún más el panorama médico, ofreciendo tratamientos más eficaces y precisos.

Referencias

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