En los últimos años, la fotobiomodulación (PBM) —conocida popularmente como fototerapia o light therapy— ha ganado relevancia en dermatología y cosmética por sus efectos demostrados en la regeneración cutánea. Ya en 2008 los estudios de Morinō et al. respaldaban el uso de luz roja para tratamientos dermatológicos. Más recientemente, trabajos como los de Lee et al. (2025), y Sumii (2024), coinciden en los beneficios del uso de luz roja e infrarroja cercana (R-NIR) para tratar desde arrugas hasta hiperpigmentación.
Mecanismos de acción: cómo actúa la luz en la piel
La clave de esta tecnología está en su capacidad para estimular las mitocondrias. Cuando la luz roja (630–660 nm) o infrarroja cercana (700–850 nm) penetra la piel, interactúa con la citocromo c oxidasa, una enzima clave en la producción de energía celular (ATP). Este proceso desencadena una cascada de efectos:
- Aumento de la síntesis de colágeno y elastina: Los fibroblastos, células responsables de la firmeza cutánea, incrementan su actividad hasta en un 30% tras exposiciones controladas (Morinō et al., 2008).
- Reducción del estrés oxidativo: La luz NIR mitiga los radicales libres, vinculados al envejecimiento prematuro (Lee et al., 2025).
- Mejora de la circulación: Favorece la reparación de tejidos, como demostró Sumii en sus investigaciones con piel cultivada para trasplantes.
Aplicaciones prácticas
Son varias las aplicaciones que puede tener la luz roja, por ejemplo, su efecto antiedad y despigmentante que se vio en el ensayo clínico de Lee et al. (2025) con mascarillas LED comerciales. Tras ocho semanas de uso, se observaron las mejoras significativas:
- Disminución del 20% en la profundidad de arrugas (medido con ultrasonido).
- Unificación del tono de la piel gracias a la inhibición de la tirosinasa, enzima implicada en la producción de melanina.
Estos hallazgos coinciden con las observaciones de Morinō et al. en fibroblastos humanos, donde la luz roja mostró un aumento del 40% en la proliferación celular sin efectos citotóxicos.
También es prometedor su uso en medicina regenerativa. En este campo, Sumii destaca aplicaciones más especializadas, como la activación de piel cultivada para trasplantes. La PBM no solo aceleró la cicatrización, sino que mejoró la supervivencia de los injertos en modelos preclínicos, abriendo puertas a tratamientos para quemaduras o úlceras crónicas.

Claves: Consitencia y combinación
La ciencia actual respalda la eficacia y seguridad de los dispositivos LED, especialmente en rangos de 630–850 nm. Ahora bien, para obtener resultados visibles, se recomienda:
- Consistencia: sesiones de 10–20 minutos, 3–5 veces por semana (Lee et al., 2025).
- Combinación con otros tratamientos: la fototerapia potencia la absorción de principios activos como el ácido hialurónico o los péptidos, pero no sirve como reemplazo de algunas de sus propiedades como la hidratación, por lo que es importante entender cómo se complementan unos tratamientos con otros.
Aunque faltan estudios a largo plazo, estos avances posicionan a la fotobiomodulación como una herramienta no invasiva y accesible para el cuidado dermatológico, tanto en clínicas como en el hogar.
Referencias
- Lee, S., Afandi, M. M., Lee, J., & Kim, J. (2025). In vivo application of the effects of red-to-near-infrared light spectroscopy on skin-brightening and anti-aging properties via LED facial masks. Cosmetics, *12*(1), 4.
- Morinō, S., Kawamata, S., Kotani, M., Fujita, A., & Hirano, T. (2008). 赤色LED (Light emitting diode) の正常ヒト線維芽細胞に及ぼす影響 [Efectos de la luz roja LED en fibroblastos normales humanos]. Aesthetic Dermatology, 18. 30-34.
- Sumii, Y. (2024). Photobiomodulationを用いた移植用培養皮膚の活性化 [Activación de piel cultivada para transplante mediante fotobiomodulación]. JJSLSM, 45(2). 169-174